Guillermo del Toro, originario de Guadalajara, Jalisco, es un director, guionista, productor y escritor; o como yo digo uno de los mexicanos más fregones que existen. El tapatío estudió en el Centro de Investigación y Estudios Cinematográficos de la Universidad de Guadalajara. Inició su carrera trabajando en México y después se convirtió en un cineasta de talla internacional, dejando el nombre de México en lo alto.
Del Toro inició su carrera en la década de los 80 siendo el productor ejecutivo de “Doña Herlinda y su hijo”. En los años siguientes cumplió con la triple función de director, guionista y productor para los cortometrajes “Doña Lupe” y “Geometría”. Pasaron los años y a principios de los 2000, Del Toro tuvo su primer éxito en el cine internacional siendo de nuevo un arma de triple filo en la película española “El espinazo del diablo”. Tres años después de eso y varias producciones después, en el 2004 se estrenó una de las cintas hollywoodenses más populares de la primera década del siglo XXI, “Hellboy”, donde Del Toro participó como director y guionista. Como escritor lo vimos surgir en 2009 con el primer libro de su trilogía Oscuridad, titulado “Nocturna”. En 2010 se publicó “Oscura”, la segunda entrega de la trilogía. Guillermo además tiene guiones que no se han convertido en películas y ha trabajado en proyectos para videojuegos que desgraciadamente no han podido ver la luz del mundo.
El tiempo ha pasado y durante todos estos años este maravilloso hombre ha participado en diferentes producciones en diferentes posiciones, haciendo que el nombre Guillermo del Toro dentro de los créditos de una película la conviertan en un éxito. Ya sea cine mexicano, español o americano, este amante del terror y la ficción ha logrado éxito internacional y ha representado a México. Éxitos como “El Laberinto del Fauno”, “La Forma del Agua” o su más reciente producción “Historias de miedo para contar en la oscuridad” nos demuestran que este creativo multifacético debería de ser un ejemplo para todos los mexicanos. Debemos demostrarle al mundo de lo que estamos hechos y lo que podemos lograr.