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La Michoacana, un refrescante aliado

Actualizado: 24 jun 2020

El color rosa y el blanco han sido emblemas de un exitoso negocio que nació dentro de la crisis y ha prevalecido durante décadas en nuestra cultura, La Michoacana. Esta marca es líder a nivel nacional del negocio de las paletas y helados artesanales, tiene presencia en más de 35 puntos de venta en todo el país, y además forma parte del imaginario colectivo pues al hallar a una muñequita tarasca con una paleta en la mano, también encuentras una explosión del arte culinario mexicano.

A finales de la década de 1930 y principios de 1940, el contexto económico, social y político en México no era el óptimo. La crisis económica era inminente pues México apenas se recuperaba de la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial estaba a punto de estallar. Sin embargo, en Tocumbo este no fue un impedimento para que surgiera la marca de helados más querida de México. Tocumbo era una pequeña localidad de Michoacán dedicada a la agricultura y la ganadería, pero Rafael Malfavón Andrade cambió el futuro del pueblo introduciendo el negocio de las paletas heladas. También conocido como “El Arrapato”, Andrade comenzó humildemente con una recua de burros a vender sus paletas dentro de cajas de madera. Posteriormente, el pequeño negocio alcanzó un éxito rotundo pues la calidad de los productos era inigualable. Se trataba de un deleite culinario pues aproximadamente 78% de la paleta era fruta, siendo este su principal diferenciador en el mercado.

Más tarde, Andrade enseñó su oficio a los jóvenes del pueblo quienes lograron extender el negocio. En Tocumbo comenzaron a surgir varios negocios con distintos nombres como “La Flor de Michoacán”, “La Flor de Tocumbo”, “Janitzio” o “La Michoacana”. Por otro lado, el sabor de las paletas llegó a la Ciudad de México, donde rápidamente creció la competencia hasta ocupar 35% de los negocios de paletas. Con el tiempo, el pueblo logró consolidarse económicamente y la red de paleteros se diversificó gracias a que los pioneros ofrecieron atractivos préstamos a sus familiares para crear su propio negocio. No obstante, la creciente diversidad en los locales amenazó con el legado y la calidad de los productos. Afortunadamente en la década de los 90, Alejandro Andrade estableció la identidad de la marca La Michoacana con un colorido logo protagonizado por una pequeña niña vestida de rosa y blanco sosteniendo una paleta.

Actualmente, el arte culinario de La Michoacana se ha replicado en países como Guatemala, El Salvador y Estados Unidos. El verdadero origen de La Michoacana se encuentra un poco difuso pues las sucursales no pertenecen formalmente a una empresa por lo que existen muchas variantes que usan el logo y el nombre de la marca, no obstante, lo que es seguro es que el sabor y autenticidad de estos postres fríos provienen de un solo lugar, Tocumbo, capital de la paleta.

 

Cisneros, S. (2020). La Michoacana: la paletería que nació en medio de una crisis económica. Recuperado de https://www.mexicodesconocido.com.mx/la-michoacana-historia-de-la-paleteria.html

La Michoacana. (2015). Historia de La Michoacana. Recuperado de https://www.heladoslamichoacana.net/nosotros.html

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