En 1951, con tan solo 26 años y siendo aún un estudiante de química, Luis Ernesto Miramontes logró sintetizar el compuesto clave de la píldora anticonceptiva, la cual tuvo un impacto social a escala mundial. La píldora fue considerada por el Departamento de Patentes de Estados Unidos, como uno de los mejores inventos registrados entre 1794 y 1964. Posterior a esto, Miramontes logró obtener cerca de 40 patentes químicas a nivel nacional e internacional, aparte de haber otorgado a las mujeres de todo el mundo control sobre su fertilidad.
Mientras trabajaba junto con Carl Djerassi, su director de tesis y George Rosenkranz, director de Syntex, laboratorio químico mexicano liderado por extranjeros que buscaba producir hormonas a gran escala, Luis Ernesto Miramontes logró sintetizar la "noretisterona", hormona que inhibe la ovulación de las mujeres, por lo tanto, regula químicamente el ciclo femenino funcionando como un anticonceptivo y un regulador hormonal. Al estar bajo la tutela de Djerassi y Rosenkranz, es comúnmente discutido que la patente es exclusiva de los mismos, pero el mismo Djerassi afirma que fue en efecto Miramontes quien logró sintetizar por primera vez esta importante hormona.
Fue entonces que, en 1951, el descubrimiento de Miramontes innovó las técnicas anticonceptivas utilizadas por mujeres a nivel mundial, sin embargo fue un invento tan revolucionario, que no fue aceptado por todos los miembros de la sociedad, como el mismo miramontes explica en un artículo para la Sociedad Química de México:
“Presenciar y constatar la influencia determinante que ha tenido el descubrimiento del primer antiovulatorio activo por vía oral, para romper las viejas barreras ideológicas y transformar valores humanos en el ámbito mundial, constituye tal vez la mayor satisfacción y honor que he recibido en mi carrera como investigador; sin embargo, en muchos países, por desgracia, las cosas no han cambiado”
Sin duda alguna, la contribución científica de Luis Ernesto Miramontes fue y sigue siendo de suma importancia para la comunidad a nivel mundial. La planificación familiar impacta en el desarrollo social y económico de cualquier comunidad, otorgándole a millones de mujeres control sobre su fertilidad, creando así una sociedad más justa, donde hombres y mujeres pueden decidir su descendencia con libertad.